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Sigamos con estos puntos de las razones de No mejorar!

Quedarse sin referentes se vivencia a nivel del inconsciente biológico, tan peligroso como quedarse sin certezas. Si tenía frases o decretos en donde mis anteriores admirados (padres, abuelos) repetían y mutuamente se apoyaban sosteniendo un paradigma de escasez o dolor, ese generó una certeza: ¡es así como vivimos en esta familia!

Si comienzo a vivir diferente, ¿Quién marca ese camino de diferencia, a quien sigo, a exitosos o felices que ni siquiera conozco? Nuevamente la identidad personal y familiar se juega en el interior. O peor, el referente que se me ocurre de mi propia familia para una mejora, puede que sea poco valorado por los que amo. Un ejemplo seria El tío que gano dinero sin saber bien como y los hijos no le hablan. El que se casó en la ciudad y fue feliz, pero abandono a la novia del pueblo que todavía vemos.

No mejoro para no “ser como esa persona” y -si no mejoro- tengo al menos la identidad de la familia. En cambio sí me va bien, la identidad queda expuesta convirtiéndome en ser quien “jamás quise ser”. Si mejoro voy “más allá de mi propio padre”. ¿En qué lugar queda mi padre o madre que han sido admirados para mí, pero carentes o enfermos?

Si mejoro, quizás voy más allá del patrón ancestral familiar de juntarnos a ver la vida de modo catastrófico. Por eje frases que siempre oímos “de trabajar y de los cuernos nadie se salva” “acá ando para no aflojar” “la vida es sacrificio”.

Si mejoro no tengo un decreto nuevo, y si lo formulo, ese nuevo decreto no tiene historia, ni antecedente, por lo que es mejor quedarse en el decreto anterior donde ya hay una historia, además validada, que una nueva creada “quien sabe dónde” (¿no estarás en una secta vos ¿no?)

Si mejoro y asumo la propia magia personal, hay dudas sobre uno mismo. Debo dejar de ser un pibe de barrio ya ahora que me va bien y me llaman Doctor, ¿cómo me visto, hablo, camino? ¿qué siente mi familia con eso? Ahora que soy el único que estudie, ¿quiero juntarme con los amigos de antes que no lo hicieron? Dejar amigos, hábitos, creencias, ya no interesarme de los mismos temas, es un salto al vacío para el inconsciente, y muy ansiógeno para la persona.

Puede que no mejore porque el estado de malestar con el tiempo es el único estado que conozco, y en el que he permanecido varios años de la vida, por lo que se convirtió en la propia zona de confort. La incomodidad mide fuerzas contra lo más conocido y eso fortalece permanecer en el mismo estado, porque gana la partida lo conocido, contra lo bueno por conocer (más vale malo conocido que bueno por conocer)

No mejoro porque ya se mucho de lo que me pasa. Me he convertido es el mejor diagnosticador de mí mismo, puedo dar detalles de lo que me pasa, mostrar pruebas, hacer un recorrido maravilloso sobre cada tramo que me llevo a donde estoy. Solo que no puedo salir de allí. Soy un experto en diagnósticos, pero perezoso en el uso de herramientas de mejora. Si mejoro, todos esos años, análisis, diagnósticos, se verían tirados a la basura, y he invertido tiempo y esfuerzo en formar esos síntomas, y además en cristalizarlos. La identidad va de la mano a la inteligencia de saber cada detalle de lo que me pasa… y hacerlo perdurar en el tiempo!

El autoconocimiento que se queda solo en el diagnóstico, no es más que un engaño que tranquiliza.

A veces la máxima insatisfacción es una cárcel de oro. La zona de confort se da porque si no hablo de lo que me pasa, ¿de que hablaría? Quizás debería tener otros intereses, ocuparme de otras cosas, viajar, vivir!! La queja termina obturando un vacío profundo, donde el dolor o la ausencia es mejor aliado de uno mismo, que comenzar a preguntarme quien soy y para que estoy en esta vida.

Si mejorara, ¿que certezas perdería? ¿Qué amigos perdería? A veces la decepción, el malestar, la enfermedad, son buenas compañías porque hay personas dispuestas a ayudarme, aunque sea por periodos cortos de tiempo. La empatía de otros funciona bien para mí, hasta que se hartan y se van. Pero el circulo, vuelve a comenzar: una terapia nueva, algo que aún no pude ver con “mas” detalles, son engaños que me dejan varado donde estoy.

Finalmente, comportarme de modo infantil, es muy tranquilizador y genera más empatía que estar bien, contar proyectos y sentirse pleno. Oí una vez una persona que dijo “al final estábamos mejor, cuando estábamos peor”

Nilda Avellaneda

Socia fundadora de RED INS.E Terapeuta, investigadora, escritora y disertante. Creadora de la Neurodecodificación laboral y organizacional. Mi eje de trabajo es la investigación y diseño de herramientas y métodos para que las personas logren mejorar su vida laboral, profesional y económica. Maestrando en Psicologia Cognitiva - UBA. Postgrado en Dirección y gestión de RRHH - Instituto politécnico de Madrid. Postgrado en management UNC. Lic. En Psicologia UNC. Docente en grado y postgrado. Consultora de empresas.